Es este un pequeño tratado sobre el EspÃritu Santo: en el cosmos, en la humanidad, en las religiones, en las Iglesias y en cada persona humana, especialmente en los pobres. Esta reflexión sobre el EspÃritu creador, que irrumpe en la evolución y en la historia, parece especialmente justificada en tiempos como los actuales, en los que la creación del EspÃritu corre peligro. Con razón se habla de una nueva era geológica, el antropoceno, en la que la relación agresiva del hombre (sapiens y demens) con la Tierra amenaza con eliminar todos sus ecosistemas y, con ello, la vida humana.
Con rigor teológico, Leonardo Boff invita a pensar el EspÃritu como acción, movimiento e irrupción de lo nuevo y sorprendente, proponiendo revisar las categorÃas clásicas del discurso occidental, tradicional y convencional de la teologÃa. Son nuevos moldes, dentro de un paradigma más próximo a la cosmologÃa moderna, y un nuevo modelo de pensar a Dios. De este modelo son anticipadores hombres y mujeres que pensaron el EspÃritu (Hildegarda de Bingen, JoaquÃn de Fiore y Juliana de Norwich o, más cercanos en el tiempo, Paul Tillich y José Comblin), y en él ocupa un lugar especial lo femenino pneumatizado. Como dice el autor, «Pentecostés fue solo el comienzo», pues el EspÃritu, que fue «el primero en llegar», «sigue llegando».
