Carpintero BenÃtez, Francisco
El movimiento de los cristeros, es poco conocido fuera de México, y tuvo sus precedentes en el siglo XIX y un fuerte auge en el siglo XX. Comenzó en México como reacción de los católicos ante la prohibición de practicar públicamente sus tradiciones y su fe. Para entonces, la mayorÃa mexicana era católica por convicción, gracias a la presencia española. Al lograr la Independencia, la masonerÃa anglosajona impulsó en México un movimiento laicista y abiertamente anticlerical con el que pretendÃa hacer depender a México, polÃtica y económicamente, de Estados Unidos. Para esto, la clase polÃtica debÃa unirse a la logia dominante. Las leyes de Lerdo de Tejada, hacia la mitad del siglo XIX, dispararon la polÃtica anticatólica: cerraron centros de enseñanza religiosa y quitaron los confesionarios en las iglesias. Al verse privados de su libertad, católicos de todo el paÃs se organizaron como una oposición armada y fue reducida militarmente. Posteriormente, Carranza, Obregón y ElÃas Calles impulsaron leyes mucho más restrictivas y se marcó un lÃmite al número máximo de sacerdotes que podÃa haber en cada zona. El