En Domingo Rodríguez Rojas encontrarán los que lean estas páginas el testimonio de la vida de trabajo y sacrificio que sobrellevaron la mayoría de los hombres y mujeres de nuestra tierra hasta hace pocos años. Huérfano de padre, la vida fue su escuela, en ella aprendió a escribir las letras que inspiraron este libro, los oficios que desempeñó a lo largo de su vida y el buen hacer de aquéllos a los que tuvo como ejemplo. Recordando a nuestro modo la opinión de nuestros autores clásicos, parece mentira que con tan poco sustento pudieran criarse personas tan rectas, laboriosas y dignas de admiración. Sirvan sus recuerdos, a los que se han añadido como complemento unas líneas sobre la historia reciente de Las Carboneras, para comprender mejor a los canarios de esta última generación de maestros y maestras de la tierra.
