En junio de 1894 y con ocasión de una cura de aguas en el Balneario de Ontaneda, doña Emilia Pardo Bazán, que, según confiesa, hasta entonces nunca habÃa tenido ocasión de conocer la llamada tierruca de Pereda, aprovechó para visitar algunos lugares de Cantabria: Ontaneda, Alceda, BejorÃs, Villacarriedo, el Valle del Pas, Santander, Comillas, Santillana del Mar, las cuevas de Altamira; fruto de aquellas excursiones fue una serie de artÃculos que, con el tÃtulo Desde la Montaña, publicó poco después (entre agosto y septiembre) en el diario madrileño La Època y que el santanderino El Atlántico reprodujo en sus páginas. Dos años más tarde, la autora, recogerÃa aquellos artÃculos, con otras crónicas de viaje por la PenÃnsuña, en Por la España pintoresca. Viajes.
Es indudable el interés de los artÃculos de Desde la Montaña para los conocedores de nuestra región -nativos, residentes o visitantes ocasionales-, que encontrarán aquà una sugestiva visión e interpretación de la Cantabria finisecular: pese a lo que las cosas hayan podido cambiar en los casi ciento treinta años transcurridos desde que doña Emilia y su hija Blanca visitaron ciertas tierras, bastantes de sus descripciones y comentarios conservan todavÃa plena vigencia; en otras ocasiones, el atractivo obedece a la desaparición o a los cambios en la relidad evocada. Pero, además estas páginas son una excelente muestra del arte literario de Pardo Bazán, de la madurez estilÃstica de su prosa. Todo ello justifica el rescate de estas páginas olvidadas, que no habÃan vuelto a ver la luz desde aquel librito de hace más de ciento treinta años.