El mundo del lobezno gris se reducÃa a la madriguera: un mundo pequeño y oscuro, cálido y seguro. Allà vivÃa con su madre, una loba de pelo rojizo que lo lamÃa y lo consolaba. Su olor le otorgaba seguridad, su calor le inducÃa un sueño muy agradable y su hocico húmedo o su pata lo corregÃan cuando se equivocaba. El lobezno le prometió a su madre que nunca saldrÃa de la madriguera?, pero le pudo la curiosidad por conocer el exterior.