Manuel Mendiluces se inició en la alta cocina durante su servicio militar, como mayordomo del Almirante; la esposa, una fina gourmet, adoraba ser admirada por sus invitados en las fiestas que realizaba.
Al terminar sus deberes con la marina, marchó a París, trabajando en las grandes casas privadas y realizando cursos en la Escuela del Cordon bleu.
En 1984 la Chaine de Rotiseur le impuso su Cordón Amarillo, reconociéndolo chef de su cadena; año en el que fue también diplomado por la Federación de Cocineros Italianos.
Combina su trabajo en las casas privadas con los cruceros en los grandes barcos de lujo; esto le ha permitido recorrer los cinco continentes y alimentar su hambre de aprender todo sobre lo que la cocina popular de los diferentes países le podía ofrecer como riqueza de sabores.
En su segundo libro intenta precisamente abordar sabores al tiempo que el estudio de los productos naturales para potenciar la vida sana y el vigor sexual.
